sábado, 29 de septiembre de 2012

3~

-STEPHEN HAWKIN

domingo, 23 de septiembre de 2012

Forget it


¿Qué pasaría si de repente alguien te pidiera que olvidaras a otra persona? Si alguien te pidiera que te olvidaras de todo por un momento. Que olvidaras a una persona que simplemente quieres sin saber por qué ¿La olvidarías?

Olvida su nombre. Olvida que lo quieres. Olvida que lo conoces desde hace mínimo un año. Olvida que hablas con él todos los días de tu vida desde hace varios meses, que sus palabras te han sacado a flote cuando te sientes hundido, que te ha sacado más de una sonrisa con cosas absurdas; ¿Olvidarías a quien es la razón de que hagas algunas cosas? O que esa persona te ha hecho crear sueños que planeas cumplir a toda costa.

¿Cómo olvidar y vivir el momento? No puedes hacerlo por cuenta propia, pero otras prsonas te harán olvidar y cuando éstas se vayan, el recuerdo renacerá y la ilusión será más fuerte que una simple ilusión.

Olvidar a alguien que simplemente quieres por otra persona que de igual manera quieres... he ahí el dilema.

sábado, 22 de septiembre de 2012

2~

What am I thinkin' on? Well... I'm just tryin' not to think about it.

-Diana Brubeck

domingo, 16 de septiembre de 2012

viernes, 14 de septiembre de 2012

Cuéntame un Cuento



Aún lo recuerdo.

Siempre pedía un cuento antes de dormir. Papá con gusto tomaba un libro pequeño, de pasta dura, con muchos dibujos y pocas letras, mientras que otras veces extendía la cobija hasta el cuello y pensaba un rato, inspirándose en lo que  le hubiese pasado aquel día o en algo de la habitación.

Era como un ritual. Él entraba en el cuarto, cuyo piso estaba cubierto por una alfombra de colores, crayolas, acuarelas, gises, pinceles y hojas, y en medio encontraba a una tierna criatura que se apenaba al verse sorprendida por aquella figura en el umbral, pero en un segundo se emocionaba y corría a limpiarse, para mostrar con ímpetu sus primeras obras de arte antes de entrar por cuenta propia en la pijama azul con estrellas plateadas y saltar en la cama repleta de peluches.

Papá se aclaraba la garganta luego de la petición de todas las noches y comenzaba cada relato con una frase diferente. Convertía a los osos y demás muñecos de felpa en villanos, guerreros, príncipes, princesas, doncellas, magos, héroes, elfos, hadas… las paredes decoradas con colores pasteles y algún garabato, se desmoronaban con suavidad para dar paso a paisajes de praderas verdes, inmensos castillos de piedra, campamentos de gitanos y el techo con estrellas fluorescentes, se volvía un cielo verdadero donde volaban dragones lanzallamas, testigos de todas las travesías que la tersa y profunda voz de mi padre se encargaba de guiar.

Un día, sin darme cuenta, noté como las paredes se volvieron blancas en su totalidad, cubiertas de pósters de artistas y fotos de personas, fortaleciendo aquellos cuatro muros para volver la habitación el lugar más seguro e impenetrable del mundo.

El letrero de la puerta ya no tenía un nombre, sino una advertencia de tocar antes de entrar. El cielo se había visto nublado por muchas nubes blancas hasta volverse liso, con un sol blanco incandescente en el medio y los peluches alborotados en los estantes, dejaron sus lugares a libros gordos de ficción, diccionarios y alguna que otra enciclopedia.

Los cuentos ya no los contaba papá. Ya no había quién le hiciera aquella petición. El contenido del armario cambió; no más vestiditos rosas y floreados, ahora había shorts, pantalones de mezclilla, vestidos ajustados y ligeramente cortos que eran comúnmente acompañados por tacones. 

Los zapatitos de charol y los huaraches blancos fueron suplantados por tenis negros, botas y botines. No había perfumes de Hello Kitty o marcas infantiles. Ahora eran botellas de cristal con otras marcas, otras cajas. Álbumes de fotos apilados en un cajón, incluso los colores y óleos cambiaron, así como las cosas que solía plasmar en los cuadros.

Una computadora sobre el escritorio de madera, ocupa el espacio que antes tenía un tocador de plástico, en el rincón hay varias mochilas y un bajo con su amplificador en otra esquina. Los alhajeros tienen ahora plata y oro, ya no hay collares de aleaciones de plástico con diamantina. Caía rendida no después de un día jugando, sino de una tarde estudiando, arrullada ya no por aquella grave voz, si no por el sonido de alguna canción.

¿En qué momento cambié las sábanas de princesas por unas con diseños geométricos y colores elegantes? ¿Cuándo comencé a pintar las uñas con esmaltes negros en lugar de poner un color en cada dedo? ¿De qué manera esos conjuntos de pijamas cambiaron por un pants gastado y una playera grane, holgada y vieja? ¿Cómo es que ahora solo quedaban tres peluches a la cabecera de la cama? ¿Desde cuándo las paredes y el techo eran lisos y uniformes? ¿Hace cuánto no se desprendían para dejar de ver un paisaje?

Tocaron a la puerta y tras ceder la entrada, vi a mi padre. Ya no me parecía gigante y su cabellera comenzaba a esfumarse en la frente y a tomar tonos grisáceos en algunas partes, pero eso no le impedía subir cada noche a desearme dulces sueños. Le sonreí, sentándome en el colchón y esperando a que se acercara más.

-Cuéntame un cuento –le pedí. Se sentó a la orilla con una curiosa sonrisa en el rostro y un resplandor en los ojos que había despertado como un niño en navidad. Aclaró su garganta y tras la primera frase, vi de nuevo a aquel dragón carmesí desgarrar el techo.

martes, 11 de septiembre de 2012

1~

To love, To miss... That is the question.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

¿Recuerdas nuestra canción?



"People say goodbye in their own special way" -Andrew Belle


Jason ¿Recuerdas esa canción que un día descubrimos en internet? Esa tan melancólica, con un video que le quedaba a la perfección, sobre nuestra serie preferida ¿La recuerdas? Yo la había olvidado, pero hoy he dejado correr mi playlist y ha aparecido.

Recuerdo que siempre la escuchaba cuando me sentía mal, cuando estaba triste, abajo, hundida, creyendo que no había salida. Esa canción siempre era mi salida, acompañadas de tus constantes palabras de ánimo y ese dije que cuelga de mi cuello desde el momento en el cual me lo entregase. Sí, aún lo llevo y sabes que no me lo quitaré con facilidad, lo atesoro con todo mi ser, es una de las cosas más valiosas que podría tener conmigo.

Pues bien, aquella canción recién desempolvada ha tomado ahora más sentido del que tenía antes. Sus palabras se clavaron con mayor intensidad esta mañana mientras veía un amanecer con intensos dorados, deseando que también pudieras verlo sin importar donde estés, y aún así le he tomado una foto en tu nombre.

Las frases, cada verso me ahoga y me salva al mismo tiempo y la verdad es que difícilmente he parado de escucharla, alternándola ocasionalmente con otras canciones que hemos compartido también.

¿Sabes? Siempre he sido consciente de que nada sale como lo planeas, por eso no suelo planear demasiadas cosas con mucho detalle, me gusta disfrutar del momento, sí, eso lo sabes; porque todo cambia, cada minuto, cada segundo algo dentro de nosotros y a nuestro alrededor cambia. Nada permanece igual y a veces, ¡Já! a veces todo se rompe. Las ilusiones, los planes, los corazones, y también la gente.

Cada persona dice adiós de su propia manera. Lo hemos descubierto por cuenta propia, y también juntos, como cuando Eliot se fue de la ciudad y el hablar con él se fue haciendo menor, dejándonos a ti y a mí. Como cuando Lisa, tu hermana, se fue a estudiar lejos y encontró trabajó allá, o como cuando mi primo, Noah, sin decir nada, se vio envuelto en un accidente de carros y me dejó por siempre.

Cuando eso pasó, todo se veía oscuro, denso y una niebla de lágrimas cubría mi visión, tal vez la tuya también, la verdad nunca te dejaste ver así y yo rara vez te lo permití, porque tú me impulsabas a ser fuerte, ambos nos impulsábamos mutuamente mejor dicho y a tu lado no necesitaba quejarme o llorar del mal día que había tenido, pues al final todo se convertía en risas, encontraba un pequeño resplandor en tu cara que era contagioso y a veces yo te lo contagiaba  ti, lo recuerdo.

Ahora estoy rota. Más que eso, me encuentro sola. Supiste despedirte, no sé como, pero lo hiciste y me mantuve con la ilusión de volverte a ver, pero esa ilusión también se rompió. Te fuiste sin más, huiste de mí. Corriste lejos, tan lejos que no pude seguirte y alcanzarte para detenerte y ya ni si quiera sé dónde encontrarte para convencerte de que vuelvas.

Estás en mis venas. Sé que lo hiciste por mí, que fue una historia trillada y nunca pensé que algo así pudiera sucederme, o que tú pudieras hacer algo así por mí, pero yo hubiese hecho lo mismo por ti. Me hiciste prometer que me quedaría aquí y haría todo lo que alguna vez te conté que quería hacer.

Trato de ser fuerte como siempre lo he hecho, pero sin mi mejor amigo eso es difícil. Te necesito, porque solo me quedan cartas, fotos, palabras, recuerdos. Extraño salir a nadar, esos días de lluvia donde nos echábamos carreras sin paraguas ni anda que cubriera nuestras cabezas, el hablar hasta tarde, ver películas, ir al cine, platicar cosas absurdas, hacer todo lo que tú y yo hacíamos como los mejores amigos que jamás pudiesen existir.

A veces aún escucho tu voz, recuerdo tus expresiones, tus reacciones, pero no me basta para traerte de vuelta. Sé que eso es imposible, porque así como Noah tú no puedes volver, pero duele igual que cuando lo perdí a él, incluso más, porque te tenía conmigo y ahora estoy sin mi hermano y sin mi mejor amigo. Sí, hay más personas, pero tú eras y serás el mejor.

Siempre juntos ¿Lo recuerdas? Te dije que no creía en eso, que si me dieran una moneda por cada vez que alguien me había dicho eso y ahora no estaba, sería rica, pero seguro cambiaría todas esas monedas solo por ti.

Te tengo en mis venas, lo siento cuando mi corazón late. Estás en mis venas y no solo literalmente después de esa transfusión de sangre que te costó la vida. Lo hiciste para salvarme, lo sé, es lo que haría un gran amigo como tú lo eras. Te siento en mis venas y te siento cada vez que veo a través de mi ventana el atardecer, casi puedo ver tu silueta evocándose detrás del cristal.

Te extraño Jason. Recuerdo que nos parecía increíble como un par de tonterías nos unieron tanto, aún lo recuerdo, pero más que nada tengo presente esa canción que me desgarra y me insufla vida al mismo tiempo, por tí, por tu sangre corriendo por mis venas, por tus ganas de ir a Manhattan, por las mías de vencer mi temor a las alturas; Tu voz resuena entre las líneas de nuestras canciones, esas que acogimos como nuestras después de tardes enteras de compartirlas, pero más que nada, puedo encontrarte en esa canción en especial, sintiendo la lluvia abrazarme cuando cae, ahí te encuentro más que en ningún otro lugar Jason.