Hoy, al salir de clases como todos los días, pasé con dos amigas por al cancha de volleyball (o como carajos se escriba) y estaba la red casi rozando con el piso, así que mi mejor amiga de ellas dos y yo, decidimos saltarla. Primero fue ella y tuvo éxito, pero cuando me tocó, una voz en mi interior me dijo "te vas a dar contra el piso" y aún con lo que escuché en mi interior, salté.
En efecto, mi pie se enredó y caí. En parte agradecí que hubiese poca gente (relativamente) cerca, pero por otra aprte poco me importó, porque me levanté, vi que rompí la red y me fuí.
Camino a mi casa, la caída me afecto, no en el sentido del golpe o de las risas de las demás personas, pues yo también me reí de mi estupidez; lo que realmente me hizo sentirme con el/la autoestima por los suelos, fue la caída en sí, el saber que caí y que me estampé contra el piso, pues ya llevaba días sintiéndome así y sin saber qué hacer.
Me coloqué ambos audífonos, puse la música muy alto como para no escuchar nada, subí a un punte y tras dejar mis cosas a un lado, salté :D. Mentira -oviamente- pero me quedé pensando, viendo el cielo, sintiendo el aire y el frescor de la sombra mientras reflexionaba sobre lo sucedido los últimos días, hasta que descubrí, que a veces -no siempre- para saber qué carajos estás haciendo mal o por qué te sientes así, necesitas saltar y estamparte literalmente contra algo, porque esa caída física es el detonante.
Una vez mi hermano me dijo "A veces, la gente necesita darse contra la pared, para darse cuenta de que es una pared" y es cierto. A veces tenemos las respuestas dentro, o tal vez siempre, pero solo necesitamos un detonante, una chispa que caiga en la mecha y haga estallar la bomba ¿Por qué? No tengo ni puñetera idea, pero si es el detonante adecuado, entonces vamos por buen camino.
Hoy, ahora, sé qué hacer. Me di cuenta de la tontería que estaba a punto de hacer e involucrar a más de una persona en ello y si bien, no sé de donde rayos voy a sacar valor para halar de frente y solucionarlo, lo voy a hacer de una buena vez, porque de lo contrario, el próximo detonante puede causar una explosión contraproducente.
